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Articulos sobre conducta canina

La importancia del preadiestramiento

 

Si hace pocos años, finales de los 80 e incluso primeros de los años 90, preguntabas a un adiestrador el momento propicio para adiestrar un perro te decían que la edad ideal era sobre los 7-8 meses, si decías, no, no, si que es posible empezar con 2 meses te decían “oh, pero si no tienen ni dientes” …. O cualquier otra cosa por no decir la verdadera razón.

¿Cuál era la razón?

En aquellos años los métodos eran muy conductistas no consistía en educar, era adiestrar, algo así como una doma, y evidentemente un cachorro ni física ni emocionalmente podía llevar bien este tipo de trabajo, no se le podía poner un collar de castigo o de ahorque porque no tenía suficiente musculatura en el cuello para esos collares. Gracias a adiestradores que quisieron ir más allá del simple adiestramiento conductista hoy se puede trabajar al cachorro desde el mismo momento que llega a casa, aunque realmente se puede empezar desde que nace, esto es trabajo del criador, el resto le corresponde a su nuevo propietario. Un preadiestramiento no es solo una iniciación a las ordenes básicas, es la creación de un vínculo dueño-perro creado en el respeto mutuo, ayuda a que la relación comience bien desde el principio, evita que se consoliden problemas que en un cachorro son fáciles de corregir, enseña a ambos una manera de comunicarse, de jugar, de vivir experiencias juntos, enseña formas de solucionar problemas sin el abuso, se consigue que un perro sea en el futuro fácilmente manipulable por la familia y su veterinario, un perro al que puedas mirar a los ojos sin que se intimide ni crea que estas provocando rivalidad, se consigue un perro que tenga un control de la mordida, que puede sobreponerse  a cualquier estimulo negativo que pueda venir en su vida…… sin olvidar que aprenden durante toda la vida entre los 2 meses y 6 meses son las edades idóneas para comenzar un preadiestramiento dándole las vivencias necesarias para su educación y madurez emocional, dar vivencias no significa sumergir al perro en un montón de estímulos que no sea capaz de procesar, significa enseñarle objetos , ambientes, personas, perros,  sin abrumar y  terminando siempre con una sensación agradable para él, dejando con las ganas de querer divertirse más.

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